Todos
queremos sanar, la mayoría más físico que mental por lo general, y no sé si por
naturaleza o idiosincrasia, nos vamos a los
extremos. O con mucho sacrificio decimos 'es tan difícil' y así poder hacer que la culpa reine y no sanar al no intentarlo o
intentarlo pero con la mente en un resultado miserable. El otro
extremo es creer que en la sanación asistida la mayor parte recae en otro ente que no soy yo física y mentalmente, llamese ángeles,
sanador, terapeuta, doctor, medicina, naturaleza, aceites, música,
etc, etc.
Si
enfermamos es porque dimos cabida consciente o inconscientemente a
una emoción de manera crónica, es decir por mucho tiempo y desformó
algun concepto de mi esencia como ser humano. Hemos llenado nuestro
balde, y lo llevamos por la vida lleno de basura pensando que alguien
meterá su mano en nuestro balde, sacará nuestra basura y nosotros
seguiremos caminando ligeros sin haber hecho o conscientizado nada.
Sanar
implica cambiar un patron energético y emocional, cuando se sana
físicamente pero se continua con los mismos patrones, la enfermedad
más temprano que tarde regresa simplemte a recordarnos que no se
gestó del todo el cambio para una sanación durardera.
A
veces cuando estamos sanando ocurre que nos sentimos peor en todos
los aspectos incluso cosas que aparentemente estaban bien físicamente
o nuestras relaciones empeoran. Lo llamamos crisis curativa y no sólo
es a nivel físico.
Hay
que ser responsable para asumir este proceso y ser valiente para
sanar, porque sanar es salir de la zona de confort, es quitarnos
patrones como: es mejor malo conocido que bueno por conocer, es abrir
nuestra mente como un paracaidas para que funcione y no cerrar los
ojos a un mundo nuevo, diferente, con riesgo seguramente, pero más
libre y sano para nosotros. Es querer ser libre del tan temido
destino, mala suerte, tentación, es decirle a nuestro corazón toma
la mano de mi mente y caminen juntos. Sabiendo que nada por más
alterado que parezca en lo físico puede atentar el camino que
emprendiste de sanar con FE. Muchos somos religiosos y decimos
tener FE en Dios, universo, fuente como la quieran llamar y buscamos
sanar pero cuando las situaciones comienzan a cambiar y ser una nueva
realidad la tan llamada FE se va al otro extremo, y pisa el
termómetro de la duda y de allí puede llegar al miedo entonces todo esfuerzo
merma.
¿Entonces
por dónde deberíamos comenzar para sanar? ¿Qué debo conocer antes
que el medicamento, el doctor, terapeuta o sanador?
Mi
opinión y lo más seguro es que este artículo o escrito sea escribí
para mi, para mi mente, para mi corazon más que para cualquier otro,
es que conocernos a nosotros mismos, sin mascaras, en blanco, negro
y grises, y teniendo los simientes de una filosofia de vida clara en
la que confías y FE en ti, en Dios, universo, maestro (como lo
quieras llamar nuevamente) puede garantizar una sanación definitiva
no sólo física sino del alma.
Hercilia
Piña